- Te dedicaré el siguiente verso, papito - dijo la niña.
¨Adoro tu voz a lo lejos,
Cuando pronuncias mi nombre,
Siento en mi rostro, tus besos,
Extraño tus abrazos de la suerte,
La casa reclama tu presencia
que ya son meses, sin verte.¨
Al terminar, unas lágrimas se asomaron por su rostro.
Saliendo del cuarto del hospital fue rápidamente donde su mamá y la abrazo fuertemente.
- No es fácil estar en cuidados intensivos - dijo la mamá secando sus lágrimas - pero tampoco se merece perdón. Al fin terminaste el conjuro que le hará permanecer largo tiempo en este lugar - sentenció la madre, alejándose con su hija en brazos.
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